Por qué se producen los accidentes
Exceso de velocidad. Nuestras calles y rutas no están preparadas para correr carreras, pero nosotros nos empeñamos en transformarlas en pistas de fórmula uno, o por lo menos de turismo de carretera. Y entonces se producen los accidentes.
Otra causa es no ceder el paso al que aparece por la derecha o al transeúnte que está transponiendo la senda peatonal.
También conducir demasiado cerca del vehículo que va adelante y en el momento menos pensado, lo colisionamos de atrás.
Conducir entre dos carriles y no por el que debemos circular sin invadir el otro o sin desviarnos.
Hacer virajes inadecuados y sin avisar.
Adelantarnos a otro vehículo sin tomar las precauciones suficientes para estar seguros que podremos trasponerlo sin peligro para el otro que circula en sentido contrario.
Hacer caso omiso a las normas de tránsito.
Retroceder -salvo para estacionar-, lo que está prohibido.
Manejo temerario, imprudente e irresponsable.
Frenos defectuosos.
Y muchos más, largo de detallar.
En definitiva, salvo muy contados casos en que por una falla mecánica u otra circunstancia ajena al que está conduciendo se produce un accidente, la mayoría -por no decir casi todos- se deben a fallas humanas que podrían evitarse. Si todos tomamos conciencia de que llegar un minuto tarde es mucho mejor que no llegar y tratamos de conducir bien, correctamente, a la defensiva y no queriendo llevarnos todo por delante, disminuirían los accidentes de tránsito, con lo que evitaríamos lesiones o muertes que llenan las páginas de los diarios todos los días.
Manejemos para volver y no para ser llevados en una ambulancia al hospital.